De Aves y Viajes

martes, 5 de abril de 2022

Visitantes estivales II – Migradores A

Aves migratorias panamericanas

Según lo visto en el posteo anterior, tenemos dos grupos de visitantes estivales en el sudeste bonaerense:

Ø  Aves migratorias tropical – templado (Migradores B)

Ø  Aves migratorias panamericanas (Migradores A)

Ya hablamos del primero en “Visitantes estivales I” y ahora le ha llegado el turno al segundo: los migradores A. En este grupo encontramos aves extraordinarias, verdaderas maratonistas que recorren más de 10000 Km en busca de mejores condiciones para pasar el crudo invierno boreal que azota al hemisferio norte. Varias de estas especies vienen desde el Ártico, donde nidifican.

Las "grisecitas"

A muchas de estas migratorias yo las denomino “las grisecitas”, en especial a las playeras, ¿por qué?, les cuento: el período que pasan en nuestra zona es el de reposo sexual y presentan un plumaje básico, muy pobre en coloración y bastante diferente al que visten en el norte, donde exhiben un plumaje reproductivo muy llamativo. En concreto, cuando las vemos acá todas poseen distintos patrones de grises… un verdadero dolor de cabeza para quien comienza a interesarse por la observación de aves: todas parecen iguales, pero calma, con tiempo, paciencia y ganas la mayoría de las veces logramos distinguirlas.

Al ir viéndolas les comentaré, dentro de las descripciones, algunos “tips” que ayudan en el campo a diferenciarlas. Como siempre nos centraremos en aquellas aves que pueden ser vistas en el sudeste bonaerense.

Hay cerca de 40 especies de migradores A que nos visitan desde el otro hemisferio, algunas más fáciles de observar que otras; para no extender tanto el posteo nos centraremos en aquellas que casi con seguridad observaremos en una salida, por supuesto, si uno va a los lugares adecuados: el hábitat es muy característico de estas especies.

Para qué decir con palabras lo que se puede ver en imágenes, comencemos… y lo hacemos con una de las familias que más especies migratorias nos aportan: la familia Scolopacidae.

 Pitotoy chico (Tringa flavipes), uno de los integrantes de la familia,




Familia Scolopacidae

Les cuento algunas características generales: es una familia muy grande compuesta por 82 especies, las cuales se encuentran distribuidas en todo el mundo (cosmopolitas). En Argentina pueden llegar a verse unas 24 especies de las que 21 son migradores A. 10 de ellas las describiré en este posteo, las otras son muy difíciles de ver, o no visitan el sudeste bonaerense o simplemente nunca me las crucé…

Estas migradoras tienen un dimorfismo estacional importante (como dije: acá son “grisecitas”). No se ve diferencia entre sexos, vuelan rápido y muchas poseen sus picos y patas muy largos. Suelen ser gregarias y se los sabe ver en las costas, aquí en la albufera de Mar Chiquita, alimentándose en grupos al bajar la marea. También se las ve en lagunas interiores.

  

  • Pitotoy, género Tringa

Los pitotoy son infaltables si uno recorre nuestra zona y más si nos acercamos a la albufera de Mar Chiquita, podremos verlos vadeando aguas someras buscando poliquetos, pequeños crustáceos, cangrejos, entre otros manjares… mientras caminan balanceando su cabeza y cuello a modo de saludo. De los tres pitotoy, el solitario es el más escurridizo y difícil de ver, los otros dos son muy abundantes y si bien poseen diferencia de tamaño considerable son casi idénticos si uno los ve solos.

  

ü  Pitotoy grande (Tringa melanoleuca)

Con sus 30-32 cm de altura, sus largas patas amarillas, su pico levemente recurvado (apenas curvo hacia arriba) y de unos 5,5 cm, se podría decir que tiene cierta presencia…



Posee el dorso parduzco algo estriado, siendo blanco por debajo. Su pecho y flancos muestran un fino estriado. Tiene un anillo orbital blanco.



En las siguientes imágenes lo vemos buscando su alimento y, en las dos últimas, con el fruto del trabajo:






ü  Pitotoy chico (Tringa flavipes)

Indistinguible del anterior en aspecto, comportamiento y hábitat, salvo por su tamaño, el chico mide 24-26 cm de alto; vean la imagen donde ambos caminan juntos:



Otra diferencia que es muy útil para diferenciarlos si están solos es el largo de su pico y compararlo con el tamaño de su cabeza, vean: a la izquierda tenemos al pitotoy grande, su pico es un poco más que una vez y media el tamaño de su cabeza; mientras que el pico del pitotoy chico, a la derecha, es prácticamente igual al tamaño de su cabeza.



Aquí van algunas imágenes del pitotoy chico, traten de hacer la comparación entre la relación cabeza-pico.





Se suelen ver grupos, donde quién sabe por qué se arman unas lindas grescas…




Para buscar su alimento no temen en sumergir completamente su cabeza…




  • Vuelvepiedras (Arenaria interpres)

Es un ave un tanto rechoncha: tiene unos 22-24 cm de altura, una contextura robusta, cabeza chica, pico corto y patas rojas y cortas. En su plumaje básico tiene el dorso, la cabeza, el cuello y el pecho pardo manchado con negro y blanco, su vientre es blanco.



Su nombre común se debe a que recorre zonas donde ha bajado la marea y da vuentas las piedras y otros objetos que ve con el fin de encontrar su alimento debajo. Esto lo hace solo o en grupo…



En vuelo es inconfundible su diseño dorsal pardo, negro y blanco.


En marzo, cuando están por regresar al norte, se pueden ver individuos en los que el pardo ha sido reemplazado por rufo, su pecho es negro y su cabeza es blanca con negro.



  • Playeritos, género Calidris

Calidris es otro de los géneros de aves de la familia Scolopacidae, vulgarmente se los conoce como correlimos, playeros o playeritos. Son gregarios e incluso distintas especies andan juntas, y como además son confiados, esto permite comparar ciertos detalles. Todos tienen la garganta y el abdomen blancuzco. Seis son los integrantes de este género y todos pueden llegar a verse en nuestras costas, aunque el playerito enano (Calidris pusilla) es muy raro y difícil de ver.

 

ü  Playerito pectoral (Calidris melanotos)

Lo podemos encontrar en lagunas del interior o, raramente, en la costa. Es un ave pasiva y se sabe ocultar en pastizales, tiene unos 18 cm de altura, un cuello largo y presenta una ceja clara, el dorso es pardo manchado de negro, su pecho está notablemente estriado con tonos acanelados.


Sus patas son amarillas y su pico en negro con la base amarilla



Aquí hay una imagen junto a un pitotoy chico, noten cómo se ve la diferencia de esos 10 cm.



ü  Playerito rabadilla blanca (Calidris fuscicollis)

Más pequeño que el anterior, unos 15 cm,  es fácil de confundir con el playerito unicolor (Calidris bairdii), un pariente cercano que se sabe ver en nuestras costas, aunque es bastante menos frecuente, y se diferencia por un par de detalles: el playerito unicolor posee la rabadilla partida mientras que en el playerito rabadilla blanca es como su nombre lo indica… Otro detalle, pero no fácil de observar, lo vemos en su pico, el del playerito rabadilla blanca es negro con la base rojiza, en el otro es completamente negro. En la imagen se puede apreciar esa coloración rojiza.


Vayamos al playerito rabadilla blanca: tiene la parte superior gris parduzca y posee una notable ceja blanca.



El pecho es grisáceo, con un fino estriado y sus patas son oscuras.



Se lo ve siempre en grupos y con movimientos inquietos (nerviosos) busca incansablemente alimento al bajar las mareas.



ü  Playero rojizo (Calidris canutus)

 De aspecto rechoncho, pasivo y muy gregario este playero de 22 cm no es visto con frecuencia en la albufera de Mar Chiquita, aunque la única vez que los fotografié fue allí, en la boca, a orillas del mar. Su zona de migración es más al sur, Tierra del Fuego y sur de Chile, pero tiene algunas paradas en su maratónico viaje hacia el Ártico: San Antonio Oeste, Punta Rasa y con menos frecuencia otros sitios como nuestra albufera.

La imagen que sigue la tomé a principios de abril y se puede ver que dos de los individuos ya están cambiando de plumaje. 



En su plumaje básico uno no entiende lo de su nombre: “rojizo”, ya que es gris por arriba, y tiene un leve estriado pectoral. Su ceja y resto ventral son blancos y sus patas verdosas. Pero presten atención al segundo y tercer individuo desde la izquierda: ya se vislumbra el color rojizo que adquirirán en su cara, ceja y ventral.


ü  Playerito blanco (Calidris alba)

 Este playerito de 17 cm es muy inquieto y desconfiado, suele vérselo corretear delante de las olas. A primera impresión se lo ve blanco, aunque su dorso es gris con manchas negras ribeteadas de blanco:


Al descansar suele quedarse parado en solo una de sus patas negras (las que, a modo de curiosidad, solo poseen tres dedos). 


En vuelo muestra una notable banda alar blanca, exhibiendo además sus remera y timoneras centrales negras.



  • Becasa de mar (Limosa haemastica)

 Esta es una de las playeras más grandes, entre 35 y 40 cm, en parte debido a sus largas patas negras. Llama la atención su largo pico de unos 8 cm, curvo hacia arriba (recurvado), que es negro en la punta y pasa a un rosado en su base.


Posee el dorso de un color gris parduzco, siendo su cuello, pecho y flancos grises.


Tiene su ceja, rabadilla y garganta blancas al igual que su parte ventral.



Al volar se evidencia una banda alar blanca con tapadas y cola negras no muy visibles al estar parada. Es bastante gregario y vadea aguas, tanto costeras como de lagunas del interior, en busca de alimento. Suele verse cómo introduce casi completamente su largo pico, cuya punta es sensible, debajo del lodo para detectar poliquetos y otros gusanos.


Llegado el momento de migrar, fines de marzo, suelen verse ejemplares donde su plumaje nupcial se hace ya evidente, además de que están más gordas, lo cual es necesario para afrontar el largo viaje de regreso a su área de nidificación (la grasa es su combustible).


Por otro lado, cada vez se ven más individuos que permanecen en este hemisferio en invierno. Tal vez sean juveniles o aquellos que no están en condiciones de migrar por diversas circunstancias.



  • Playero ala blanca (Catoptrophorus semipalmatus)

Este sí que es una figurita difícil: se lo ve ocasionalmente, salvo en Punta Rasa donde sabe frecuentar. Las imágenes que les muestro son de la albufera de Mar Chiquita donde apareció hace un par de años y permaneció visitándonos durante un mes, así que se corrió la bola y todos fuimos a su encuentro.

Parecido a la becasa de mar, de tamaño similar, pero su pico es más corto, recto y grueso. Su dorso es gris y su ventral blanco. 




Sus patas son grises con cierto tono azulado. Loral y cejas blancas. En vuelo es muy notable la banda alar blanca entre sus remeras negras. La rabadilla y parte ventral de la cola son blancas.





  • Falaropo común (Phalaropus tricolor)

 Visitante de lagunas internas, no muy común por nuestros pagos, forma bandadas cuyo vuelo es sincronizado:



Vadea aguas someras y al nadar suele hacerlo girando sobre si mismo con el propósito de que la turbulencia levante el alimento que con su largo, recto y fino pico logra rescatar.


Se ve blanco, aunque su dorso es gris claro y posee una rabadilla notablemente blanca. Sus patas son amarillas.




Familia Charadriidae

Esta familia se encuentra compuesta por 63 especies distribuidas en todo el mundo, 12 de ellas pueden verse en Argentina y solo tres son migradores A; los otros son residentes o migradores C.

Esta familia recuerda a la anterior, Scolopacidae, aunque son menos gregarios y no tan costeros. Por lo general poseen patas cortas y cabeza grande y chata, su pico es corto con su ápice engrosado. Tienen un vuelo rápido. Aquí hablaré sobre el chorlo ártico y el chorlo pampa, el chorlito palmado se los debo… Este par es fácil de confundir cuando están con su plumaje básico, o sea cuando lo vemos aquí, pero hay detalles que ayudan.

  

  • Chorlo ártico (Pluvialis squatarola)

 Es un ave de unos 25-28 cm, sus partes dorsales son pardo grisáceas y tiene una ceja, no muy notoria, y el ventral blanco. Es pasivo y más bien solitario, lo que es un dato para diferenciarlo del chorlo pampa.


Sus alas llegan hasta la punta de su cola, otro dato a tener en cuenta para diferenciarlo del pampa en quien la sobrepasan, además de su pico negro el cual es más grueso.


Cuando se acerca el final del verano suelen verse ejemplares que comienzan a cambiar su plumaje al reproductivo, notándose en su parte ventral manchas negras y su dorso se va salpicando de blanco y negro.



Veanlo en la imagen que sigue junto a unos vuelvepiedras, también en proceso de cambio de plumaje, son notables esos 5-6 cm de diferencia en su tamaño.



  • Chorlo pampa (Pluvialis dominica)

El chorlo pampa es solo un par de cm menor, lo que no se llega a notar en el campo. Su coloración básica es similar, su ceja blanca es más notoria y el largo de sus alas sobrepasa la cola.


Otro dato importante para diferenciarlo, pero esto solo se ve cuando al ave vuela, son sus axilas: en el chorlo ártico son negras y en el pampa son blancas. Además el chorlo pampa es más gregario, suelen verse grupos grandes. En la imagen de abajo, que solo es parcial, había cerca de 150 individuos.


Otro detalle para diferenciarlo es su hábitat: el chorlo ártico se ve sobre todo en la costa mientras que el chorlo pampa es más de frecuentar lagunas del interior.




Familia Laridae

Otra familia cosmopolita y grande, la componen 97 especies de las que 25 vuelan sobre territorio argentino. Hay 6 especies que son migradores A, 3 de ellas son pelágicas, y otra no llega al sudeste bonaerense. Solo dos gaviotines pueden verse desde la costa, el gaviotín ártico y el gaviotín golondrina. El ártico se los debo… no lo he fotografiado aún.

 

  • Gaviotín golondrina (Sterna hirundo)

Estos gaviotines se agrupan en bandadas de especies distintas. Son pequeños, de unos 30-35 cm, que es bien notorio en esas bandadas.



El gaviotín golondrina tiene su dorso gris y su parte ventral blancos, su frente y parte anterior de la corona son blancas mientras que la parte posterior de la corona y su nuca son negruzcas. En su plumaje básico su pico es negro y sus patas son rojizas o negruzcas.




En plumaje reproductivo su parte ventral es grisácea, su corona es negra y sus patas y pico son rojos. La foto que sigue la tomé en Londres, donde los dos ejemplares están con su plumaje reproductivo. Tiene la cola ahorquillada con vexilo externo negruzco que no sobrepasa las alas plegadas. Un detalle para diferenciarlo de otros gaviotines, ya que parecen todos iguales, es una faja negruzca en sus hombros. 




Familia Procellariidae

Esta familia se compone por 57 especies en todo el mundo, 22 de las cuales pueden verse en nuestros mares, y con suerte en la costa… hay dos miembros, dos pardelas que nos visitan desde el norte, la grande y la boreal, ambas pelágicas, fieles a la familia. A la pardela grande nunca la pude ver, pero a la boreal si y de ella hablaré.


  • Pardela boreal (Puffinus puffinus)
No es demasiado grande, 35 cm, la pude fotografiar en una de las salidas pelágicas desde Mar del Plata. Como pueden ver tiene sus partes dorsales oscuras y las ventrales blancas y no posee el collar blanco, lo que sirve para diferenciarla de otras pardelas.


La parte ventral del ala es blanca con un borde negro. Su fino pico es negro y sus patas liláceas. No es de planear tanto, más bien es de hacer aleteos enérgicos.


Después de alguna tormenta se saben encontrar individuos muertos en las playas.



No todos los migradores A están asociados al agua, hay varios miembros de una familia de rapaces que vienen desde el norte:

Familia Accipitridae

Esta es una gran familia que incluye a las águilas, gavilanes y aguiluchos, la componen 210 especies, 40 están en Argentina y 4 de ellas son migradores A. De estas solo 2 las podemos llegar a ver en el sudeste bonaerense: el aguilucho langostero y el águila pescadora. Esta última es poco frecuente, una figurita difícil en nuestra zona, aunque durante el mes de enero se la ha visto en varias oportunidades en la Laguna de las Padres… hay que ir por ella.

 

  • Aguilucho langostero (Buteo swainsoni)

Mide entre 43 cm () y 53 cm (), su plumaje es variado y si bien existen varios morfos, el claro es el más común y es el de mis imágenes. Las partes dorsales son pardo grisáceas y tiene un capuchón oscuro con frente y garganta blancuzcas.


Su pecho es rufo o pardo y el resto ventral es claro. Como ven en vuelo contrastan las tapadas claras con las remeras oscuras y en la cola se ve un fino barrado.


Los más frecuentes son los juveniles y los inmaduros, su dorso también es oscuro pero el ventral es más claro con manchado, estriado o barrado variable. Suelen tener la cabeza clara y una notable ceja.



Si bien se los suele ver posados en postes, es más común observarlos remontar las corrientes térmicas girando y girando y ganando altura para luego desplazarse planeando. Suelen estar en grupos, a veces de cientos.


Otros migradores A no incluidos aquí, pero que pueden llegar a verse en nuestra zona son: Pitotoy solitario (III), Playero manchado (II), Batitú (III), Playerito canela (II), Playerito enano (I), Becasa gris (II), Playero unicolor (III), Playero trinador (II), Playero zancudo (III), Falaropo pico grueso (I), Chorlito palmado (III), Salteador grande (I), Salteador chico (III), Salteador coludo (II), Gaviotin Ártico (II), Pardela grande (II), y el Águila pescadora (II). Entre corchetes puse la probabilidad de observación según Narosky (I es improbable de ver, VI es muy común), para que vean que realmente son difíciles de ver.

Este posteo es un poco largo, pero no lo quise dividir, espero no los haya aburrido y les sea de ayuda, además, que les haya gustado…

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