De Aves y Viajes

jueves, 29 de abril de 2021

Una visita al Jardín Botánico de Río de Janeiro

Una visita al Jardín Botánico de Río de Janeiro     

         Emplazado en el barrio del mismo nombre, en los límites del Parque Nacional Tijuca, el Jardín Botánico de Río de Janeiro es una auténtica joya natural que, en sus 137 hectáreas, alberga más de 9.000 especies de plantas nativas y foráneas. Y donde hay plantas hay vida… aquí les acerco una pequeña muestra…

        Bueno, demás está decir que me encantan las aves y encontrar este hermoso emplumado fue toda una satisfacción, además de ser un “lifer” para mí, como se dice en la jerga. En realidad él me encontró y comenzó a gritar para que lo fotografíe. Tucán de Pico Acanalado (Ramphastos vitellinus) comiendo el fruto de una palmera Butia paraguayensis.


Dentro del jardín hay un lago, el Lago Frei Leandro, donde se puede apreciar una sección con flora del Amazonas, como estos enormes nenúfares que flotan y son realmente enormes. Estos ejemplares de Victoria Regia (lilas de agua)(Victoria amazonica) pueden alcanzar los dos metros de diámetro, son extremadamente resistentes y pueden cargar hasta 45 kg de peso. El nombre fue un homenaje a la Reina Victoria de Inglaterra. Las que se ven en la foto tendrían un diámetro cercano al metro y medio.


        Y es sabido que las plantas atraen insectos, vean este hermoso ejemplar de mariposa Cenicienta (Anartia jatrophae) posado sobre unas flores de Corona de Cristo (Euphorbia mili), y solo es una de las tantas especies que se ven volando por ahí…

De repente algo se movió sobre un árbol, es un ave pero no cualquier ave, es la primera vez que la veo, es otro “lifer”, un Milano de Corbata (Harpagus diodon). Silenciosamente se desplazaba en lo alto de los árboles…

Y de repente esta Ardilla Gris (Sciurus aestuans) apareció, nos miró, rápidamente subió a un árbol con una destreza envidiable y se fue tal como vino, se ve que estaba apurada por algo…

Mientras la ardilla se escondía vimos que este señor muy serio nos miraba con mucha desconfianza, pero… ¿por qué? Su pequeñito estaba jugando muy expuesto cerca de dónde nosotros estábamos. Mono Tití Común (Callithrix jacchus).

Aquí el pequeñi Tití que, como todo niño, ignoraba si había peligro a su alrededor…

En Río parecen ser muy comunes estos lagartos, los encontré arriba en el Cristo Redentor, en el Parque Nacional Tijuca y también acá, son de tamaño mediano, los he visto desde 7-8 cm hasta unos 10-12 cm. Lagarto Trepador Oriental (Tropidurus torquatus)

Muy tranquila a un costado del camino estaba esta ave, cuando la vi pensé que se trataba de un Chiricote o un Ipacaá pero no, resultó ser una nueva especie para mí, más “lifer”: Saracura (Aramides saracura). Son bastante parecidas… parientes nomás.

Un colibrí muy hermoso estaba libando unas flores sobre nuestras cabezas, otra nueva especie: Picaflor Tijereta (Eupetomena macroura)

En un impase que realizamos para comer unos bocaditos ocurrió algo llamativo: nos asaltaron… este que ven acá es el delincuente, nos espiaba mientras comíamos y de repente bajó y nos robó esos sobres de ketchup que tiene en su mano con una rapidez profesional. Mono Caí (Sapajus nigritus).


         Esta carita de inocente fue después del robo (y de haberse comido el contenido de los sobres), en realidad creo que quería ver qué más se podía llevar…


Esta es una Torcacita Colorada (Columbina talpacoti) muy común en el Jardín Botánico y en todo Río…

Este pequeñito es un Teque-teque (Todirostrum poliocephalum), tenía su nido con pichones muy cerquita y muy bajo y sin importarle nuestra presencia iba y venía con insectos para alimentar a sus polluelos. Es endémico de Brasil y mide escasos 9 cm. Otro “lifer”.

        Hasta aquí, una pequeña muestra de lo que se puede observar en el Jardín Botánico de Río de Janeiro, desde ya que las principales protagonistas son las plantas: alberga colecciones que incluyen bromelias, orquídeas, plantas carnívoras y cactus. Y claro que el Jardín Botánico de Río de Janeiro merece una visita.

 

Glosario

Lifer: término que se generó coloquialmente a partir de las palabras life (vida) y bird (ave). Un lifer no es más que cada especie de ave que una persona ve por primera vez en su vida, con la salvedad de que es una denominación temporal, o sea que lo que es un lifer hoy, mañana ya no lo volverá a ser.

Endémico: Propio y exclusivo de determinadas localidades o regiones. Por ejemplo, en el caso del teque-teque, solo vive en Brasil, desde el sur de Bahía hasta Santa Catarina.

domingo, 25 de abril de 2021

¿Qué son las aves parásitas? El caso del tordo pico corto

Aves parásitas, una muy particular

             Hay varias aves que son parásitas pero… ¿qué es eso de parásitas?, bueno, son aves que ponen sus huevos en nidos de otras especies y los pichones son criados por los dueños de casa, a veces a expensas de sus propios hijos. En Argentina tenemos algunos representantes, quizás el peor de todos y el más conocido es el tordo renegrido (Molothrus bonariensis), el cual parasita aproximadamente a 260 especies. ¿Quién no ha visto a una pequeña ratona (Troglodytes aedon) de tan solo 10 cm alimentar a su hijo adoptivo que la duplica en tamaño?

Aquí, un par de fotos del tordo renegrido. Esta especie presenta dimorfismo sexual (hembra y macho poseen diferente plumaje, ya veremos esto en otro post), en primer lugar la dama y luego el caballero…


Otro de las aves parásitas que tenemos en Argentina es el pato cabeza negra (Heteronetta atricapilla), pero este es menos dañino ya que los pichones son nidífugos, apenas nacen salen del nido y se abren camino en la vida por sí solos… También presenta dimorfismo sexual y nuevamente en primer lugar la hembra y luego el macho…



Nuestro protagonista

En este post voy a hablarles de un parásito muy particular, muy especializado, el tordo pico corto (Molothrus rufoaxillaris). En esta especie tanto el macho como la hembra se ven igual, no hay dimorfismo.

                Lo que hace tan particular a esta ave parásita es su especialización, pues solo parasita a una única especie: al tordo músico (Agelaioides badius). 


                ¿En qué consiste su especialización? El pichón al nacer es idéntico al de su huésped, por lo que el tordo músico realmente cree que es su hijo y lo cría como tal. Con el tiempo comienzan a aparecer diferencias, pero los pichones son ya independientes.

Vean la primera imagen, es de un juvenil de tordo músico, la que sigue es de un tordo pico corto que comienza a cambiar su plumaje, noten la mancha negra en su dorso…



Por último les muestro un juvenil de tordo pico corto que prácticamente ya tiene el plumaje del adulto, le falta muy poco, solo le resta cambiar un par de plumas primarias del ala y reponer las de su cola.

Este último ejemplar lo vimos junto con Ariel Genovese: él lo encontró y me llamó desesperado creyendo haber hallado una nueva especie en nuestro censo de la Reserva Natural Paititi.

La madre adoptiva aún seguía con este muchachito, nosotros tratamos de explicarle que su "hijo" se estaba poniendo negrito porque en realidad es un tordo pico corto, pero ella prefierió mirar para otro lado…


Pareció escucharse un murmullo en el aire que decía: "ya lo crié... es mi hijo".

Glosario

Dimorfismo sexual: La hembra y el macho de una misma especie poseen diferente plumaje, en general el plumaje del macho es más llamativo y el de la hembra es más críptico.

Reserva Natural Paititi: Es una reserva privada que se encuentra próxima a Sierra de los Padres, ubicada en el camino Juan Manuel Bordeu, a al altura del km 20 de la Ruta 226 km https://reservanaturalpait.wixsite.com/reservapaititi


Y así fue… mi “click”

    

 Y así fue… mi “click”

Corría el año 1995… Estábamos una tarde en la Laguna de los Padres con mi familia, mi esposa Lili y mis dos chiquitos (en ese momento Juan tenía un año y Joaquín, cuatro), y les mostraba unos mojarritas que nadaban en la orilla cuando, de repente, emergió del agua un ave a escasos dos metros. Al mirarlo, sus ojos me deslumbraron y ahí ocurrió, ahí se produjo ese “click” del que les hablaba. Vean esos ojos… quedé hipnotizado y se encendió una pasión que nunca me abandonó.

    Hasta ese momento no conocía a esa ave, que se zambulle y es un gran buceador, y eso que es muy frecuente en la zona: era un macá común (Rollandia rolland), hoy se tiende a cambiar su nombre por macá cara blanca (se trata de reemplazar el calificativo “común” por alguna característica distintiva).

    En las charlas sobre aves siempre digo: “no es lo mismo mirar que observar, para aquel que mira todo lo que flota en una laguna son patos, el que observa descubre otro mundo, descubre lo sorprendente que puede ser la naturaleza”, esto lo afirmo convencido por mi propia experiencia.

    Ya volveremos con los macáes, hay varios miembros de esa familia en la Argentina y muchos más en el mundo, se los conoce también como zambullidores, hoy, en este primer posteo, solo quería traer a colación ese momento tras el cual decidí saber de qué ave se trataba… ¡y sí que costó! No existían las facilidades tecnológicas con las que contamos hoy en día. Esa misma semana compré dos libros: la Guía de Identificación de las Aves de Argentina y Uruguay, de Tito Narosky y Darío Yzurieta; y el Manual del Observador de Aves, de Andrés Bosso y Tito Narosky. Y, por supuesto, unos prismáticos…


    Gracias a esos libros supe de la existencia de la Asociación Ornitológica del Plata, hoy Aves Argentinas, y desde entonces soy socio de esa institución.

    Yo vivo en Mar del Plata, una ciudad hermosa sobre la costa y muy turística, con alrededor de 600.000 habitantes, pero pese a eso no deja de ser del interior, dista 400 km de Buenos Aires y todos los cursos sobre aves, en esos momentos, se organizaban en la Capital, así que lo mío fue muy autodidacta. Salí al campo a observar con mi guía, una libreta de apuntes y esos prismáticos relucientes, eso fue al menos los primeros años. Enviaba cartas y consultas sobre aves que no les hacían caso a los libros, porque aparecían en otras zonas que no figuraban en los mapas, y siempre Andrés Bosso, desde Aves Argentinas, me respondía con lujo de detalles. Luego Aves Argentinas comenzó a dar cursos en el interior, la web se popularizó y todo se fue facilitando, formamos grupos locales apasionados por el mismo objetivo, comenzamos a organizar nuestras propias charlas y salidas. A pesar de los años transcurridos, esa pasión continúa y aumenta la cantidad de personas interesadas...

    Desde ese momento, cada vez que me cruzo con uno de estos pequeñines (miden apenas unos 23 o 25 cm), le tomo unas fotos… ¡y miren que me los he cruzado!  Los he encontrado con plumaje nupcial, como el que aparece en la primera imagen (lo visten desde octubre hasta marzo) y con su plumaje de reposo, como pueden ver más abajo, con colores menos contrastados, sin ese rufo en el vientre y laterales, y con el blanco menos marcado en su cara, entre otros detalles.


    Y por supuesto, los he encontrado con sus polluelos. A veces yendo sobre el lomo de sus padres como si se tratase de un nido flotante. Noten en la segunda imagen esos dedos lobulados, adaptados para nadar y bucear.

Esos pichones parecen de peluche, más cuando están con su plumaje todo rayado, que los ayuda a ser más crípticos en este mundo lleno de peligros.

    Aquí pueden verlos comiendo desde mojarritas hasta renacuajos, lo que constituye gran parte de su menú.

        Como dije, ya volveremos con los macáes y las características de esta fascinante familia.

Los invito a buscar su propio "click" 

y a observar el mundo que los rodea



Glosario:

  • Laguna de los Padres: cuerpo de agua distante 12 km de la ciudad de Mar del Plata, saliendo por la ruta 226 hacia el oeste, en dirección a las ciudades de  Balcarce y Tandil.     https://en.wikipedia.org/wiki/Laguna_de_los_Padres 
  • Rufo: rojizo, castaño rojizo. Según Tito Narosky es el color de la cola del hornero.
  • Lobulados: dedos con una extensión lateral de la membrana, sin llegar a ser palmeados.
  • Críptico: En la naturaleza se utiliza para algo que se camufla en su entorno mediante su color, su olor o su aspecto: “plumaje críptico”.

Picos raros, que familia!

Vaya familia, ya arrancamos complicados con el nombre: Threskiornithidae , veamos su origen: proviene del  griego threskeia , que significa ...