De Aves y Viajes

sábado, 11 de diciembre de 2021

Negritos con un toque de color: Ictéridos II

 Retomando lo prometido: Ictéridos II. En la presente entrega sumaremos al resto de las aves pertenecientes a esta familia que se pueden observar en el sudeste bonaerense. Como ya había adelantado, veremos aquí a los más coloridos del grupo: tenemos dos varilleros, el congo y el ala amarilla; el pecho amarillo; dos loicas (una de ellas aún la tengo pendiente); el pecho colorado y el federal.

De este subgrupo, quizás el que más nos deje boquiabiertos al encontrarlo es sin duda el federal (Amblyramphus holosericeus), ese rojo vivo en la mitad superior de su cuerpo y en sus muslos contrastando con el negro azabache del resto de su plumaje, parecen la obra de un artista.

Pero seamos prolijos, vayamos siguiendo el orden de las guías…

 

Varillero Congo (Chrysomus ruficapillus)

No es muy común en nuestra zona, pero a menudo se lo ve, aunque no de la forma en que es observado más al norte, donde las bandadas bullangueras lo ponen en evidencia. Siempre asociado a humedales, los bañados con vegetación acuática son ideales ya que se mueve entre ésta buscando insectos y semillas para alimentarse. También se lo suele ver forrajeando en los pastos cercanos:

El varillero congo posee dimorfismo sexual, el macho es negro con su corona y garganta de un color castaño tirando a rufo. La hembra, en cambio, es parda acanelada con estrías en su dorso y, menos notables, en su vientre. En la foto anterior aparecen tres machos y dos hembras, en la foto siguiente vemos un macho y podemos observar claramente su coloración.


Muchas veces estos colores son difíciles de notar, vean este individuo aquí, casi no se nota lo castaño…

Nidifica dentro o cerca de los humedales, su nido tiene forma de tacita y lo ata a la vegetación acuática o en arbustos cercanos, pone de 3 a 4 huevos y se reproduce desde octubre hasta marzo.

  

Varillero Ala Amarilla (Agelasticus thilius)

 Este es más común en nuestra zona, aunque difícil de ver ya que suele estar oculto entre la vegetación que crece en los humedales. Habita prácticamente en todo el país. La mayoría de las veces lo pone en evidencia ese gorjeo terminado en chillido metálico, cuando sus maxilares parecieran separarse, vean: 




El varillero ala amarilla posee dimorfismo sexual, el macho es negro con sus hombros de un amarillo oro, lo cual, como habrán notado, da origen a su nombre común. Este amarillo a veces es poco visible como muestran las imágenes de arriba, pero otras es bien notorio, sobre todo cuando levanta vuelo ya que las cubiertas alares internas también son amarillas.



La hembra es más modesta, es parda, más clara ventralmente y posee un estriado oscuro. También posee sus hombros amarillos y tiene una ceja clara además de una línea ocular oscura.


Siempre se lo ve asociado a bañados, pues es allí donde consigue su alimento, insectos, orugas, arácnidos o semillas, y también entre la vegetación acuática encuentra el lugar ideal para construir su nido: una semiesfera que cuelga de los juncos. Los pichones son similares a la hembra aunque su ceja, garganta y pecho son más amarillos. Los machos inmaduros se van manchando de negro.

 

 Pecho Amarillo (Pseudoleistes virescens)

 Y vamos de a poco aumentando el color… el pecho amarillo es de color pardo con cierta tonalidad oliva, salvo sus hombros, tapadas y resto ventral que poseen una coloración amarilla intensa. A esta ave no se la puede confundir con otra en nuestra zona; pero más al norte, donde comparte territorio con el pecho amarillo grande (Pseudoleistes guirahuro), hay que afinar el ojo y ver ciertos detalles para diferenciarlos.



No posee dimorfismo sexual, ambos macho y hembra, son indistinguibles a nuestros ojos. Los juveniles poseen un amarillo más apagado, su garganta es amarilla y su mandíbula clara. Son bastantes gregarios, a veces forman bandadas muy numerosas y cuando se alimentan en el suelo, uno o más individuos hacen de centinelas posados en sitios altos y dan la alarma ante cualquier amenaza. En vuelo son muy bullangueros.


Su hábitat son pajonales cercanos al agua, lagunas o bañados. Sus nidos con forma de tazón los ubica generalmente en el interior de las pajas bravas (Panicum prionitis): allí deposita unos 4 huevos y al nacer los pichones se puede observar un desfile constante de sus padres acarreando alimento.


Su pico negro y puntiagudo le da cierto toque, aunque un baño ayuda a cuidar el statu quo…




Loica (Leistes loyca)

Las loicas son habitantes típicos del pastizal pampeano. En el sudeste de la provincia de Buenos Aires tenemos dos especies: la loica (Leistes loyca) que es de la que hablaremos aquí y la loica pampeana (Leistes defilippii) que solo la mencionaré al ir comparándola con la primera, ya que no tengo aún el placer de haberla observado por lo que no poseo imágenes propias. Esta última se encuentra en peligro de extinción, principalmente por la desaparición de su hábitat: los pastizales. Me debo una visita a los alrededores de Pigüé, Puán o Bordenave, donde se la cita frecuentemente.

Ambas loicas poseen dimorfismo sexual, en el caso de Leistes loyca, el macho es pardo oscuro con el pecho, vientre y hombros rojos. Su ceja es blanca y comienza roja delante del ojo.


La hembra en también parda, un poco más clara con su pecho rojizo o rosado y su ceja clara que puede comenzar con rojo, aunque suele estar ausente.


Es común ver a la loica perchar en sitios altos, cosa que no hace la loica pampeana, y desde allí cantan a viva voz. 


Pero la principal diferencia que posee con la loica pampeana se nota en el vuelo: las tapadas, tanto del macho como de la hembra, son notablemente claras, mientras que en la loica pampeana son negras.

Las loicas pasan su vida en los pastizales y es allí donde consiguen su alimento: insectos, orugas, semillas y también donde nidifican, para lo cual construyen una especie de tazón semiesférico en el suelo dejándolo oculto entre los pastos. Ponen de 3 a 5 huevos, reproduciéndose entre los meses de octubre a diciembre.

  

Pecho Colorado (Leistes superciliaris)

 Aquí tenemos otro de los habitantes de nuestros pastizales y que a primera vista se lo suele confundir con los anteriores, pero ya veremos que tienen sus marcas características. Los pastizales frecuentados por el pecho colorado por lo general son altos pero también es común verlos en campos agrícolas. Es muy gregario y se suelen ver bandadas alimentándose en el suelo.

Esta especie también posee dimorfismo sexual, el macho es negro con cejas blancas que comienzan detrás del ojo y su garganta, cuello anterior, pecho y hombros son rojos. Las cejas no poseen rojo, lo que permite diferenciarlo rápidamente de las loicas. También su pico es considerablemente más corto.

En época reproductiva las plumas negras del macho están orilladas por un gris parduzco.


La hembra tiene su dorsal pardo estriado de ocráceo, también son ocráceas sus cejas y garganta. Su pecho puede tener un tinte rosado o simplemente ser ocráceo. El vientre y los flancos están jaspeados de oscuro.


Su nido lo construyen en el suelo entre yuyos, pasturas o cultivos poniendo entre 3 y 5 huevos. La hembra permanece oculta y el macho suele exhibirse en lugares alto como yuyos o postes de alambrada desde donde canta.



Su canto es un chirrido agudo que combina con sonidos metálicos, también suele realizarlo en vuelo y mientras cae planeando continúa trinando. Escuchen:




Federal (Amblyramphus holosericeus)

 Por último, y regresando a los humedales, tenemos al federal, un ave que se destaca en los humedales; si bien es bastante escurridiza y anda oculta entre los juncales, es un ave confiada. Uno puede estar relativamente cerca y ella como si tal cosa…

Macho y hembra son similares: negro con capuchón, pecho y muslos rojo escarlata.



Los juveniles son completamente negros y a medida que crecen van teniendo plumajes intermedios, o sea se van manchando de rojo, hasta llegar al plumaje adulto.

En invierno son gregarios pero al llegar la época reproductiva se los suele ver solos o en parejas y mientras uno se alimenta, el otro custodia el lugar; un silbido aflautado da la señal de alarma. Comen insectos y orugas presentes en la vegetación palustre, abriendo los tallos con su pico.

Se reproducen desde octubre a enero y su nido, una semiesfera, lo suelen atar a juncos. En el siguiente video se puede ver a un ejemplar queriendo conseguir pareja, fue grabado en septiembre así que necesitaba compañía para continuar el ciclo de la vida… el llamado de la naturaleza. Los primeros sonidos que se oyen son esos silbidos similares a los de alarma que les comenté y luego agrega unos trinos.

Oír esos silbidos en un humedal es señal clara de que el federal ya nos vio y, si nos acercamos con cautela no volará, lo podremos ver y disfrutar…

Y hasta aquí llegamos con los ictéridos de nuestra zona, salgan a ver aves y a disfrutarlas…


Picos raros, que familia!

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