El caraú (Aramus guarauna) es un ave protagonista de varias leyendas populares en el norte de nuestro país donde se lo conoce también como “pájaro llorón” o "viuda loca”, aunque tanto las leyendas como sus nombres populares se deben un poco a su color oscuro, pero más a sus gritos: Krau… krau…, y a su actitud en época de reproducción, cuando grita saltando como loco, aparentemente sin ningún orden.
Es el único miembro de la familia
Aramidae, propia de América. Se lo encuentra desde el sur de EE.UU. hasta el
centro norte de Argentina, hay algunos registros para la provincia de Río
Negro.
Posee un gran pico
apenas curvo que es amarillo en la base y negro en su punta, su plumaje es de
color pardo oscuro y su cuello está chorreado de blanco.
El caraú mide unos 60 cm de altura, se lo asocia a los ambientes
acuáticos donde obtiene su alimento: insectos, vermes, caracoles, crustáceos,
anfibios, pequeños peces y algunos vegetales. Aquí lo vemos buscando algún
bocadillo…
Y si de bocadillos se trata, uno de sus
favoritos es el Caracol manzana (Pomacea
canaliculata), en esta fotografía pueden observar uno debajo del agua,
desplazándose por el borde de cemento en una de las Lagunas de Punta Mogotes:
Aquí tenemos otro caracol con menos suerte que
el anterior, acaba de ser capturado por un caraú que no tardará mucho en
convertirlo en su desayuno…
Vean aquí lo que quedó después de que el caraú
hiciese lo suyo, la concha vacía y noten a su lado el saco vitelino del mismo
color de los huevos, pues están llenos de toxina que hubiese servido para
futuras posturas:
Todos los animales saben de esta toxicidad y,
si no, vean a continuación la imagen de uno de los mayores oportunistas que
estaba muy cerca de la acción, pero ni loco tocó esos sacos con toxinas.
Benteveo (Pitangus sulphuratus).
Este caraú lo encontré en plena
faena, mientras le saqué las fotos (5 minutos) se comió unos 4 caracoles
manzana, tiene cara de bueno pero un hambre de aquellas… A los pocos días me di
una vuelta por el lugar y encontré muchos restos de estos caracoles y, por
supuesto, de sus sacos vitelinos que parecen chicles bazooka.
Otro de los que mantiene a raya la población de estos caracoles es el caracolero (Rostrhamus sociabilis), aquí un ejemplar inmaduro que entre sus patas sostiene uno de estos caracoles. De más está decir que también descarta el saco vitelino…
El caraú es visto frecuentemente en tierra o
sobre árboles, pero siempre cerca de humedales. En las imágenes que siguen lo
vemos sobre unos siempreverdes (Myoporum
laetum), parece como queriendo hacer una siestita…
Y en esta imagen acomodando su plumaje y
preparándose para el vuelo… Las aves pasan mucho tiempo acicalándose y cuidando
su plumaje, muchas veces, de ello depende su vida.
Y allí va, levantó vuelo… vean que es muy
característico: siempre es un vuelo a baja altura, con aleteos de la horizontal
para arriba y con las plumas primarias separadas, aun viendo una silueta a
contraluz uno sabe de quién se trata.
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