En este blog compartiré con ustedes mi pasión por las aves, los viajes y la naturaleza.
Encontrarán fotografías, relatos y experiencias vividas en diferentes ambientes, desde el lugar en que uno vive hasta donde se pueda llegar.
El mundo es bello, solo hay que aprender a observarlo.
Espero que este blog los inspire y les genere ese click que se necesita en el tiempo que nos ha tocado vivir.
El macá
grande es el mayor de los zambullidores de nuestro país, su tamaño (44 cm)
y su pico largo lo distinguen de los otros macáes. Es también conocido como
huala, denominación que proviene de la lengua araucana (wala) y es una
onomatopeya que intenta recordar su voz melancólica y profunda, si lo han oído
cantar saben cómo es y si no, presten atención cuando anden cerca de un
humedal...
La cabeza del macá grande es gris, con un
semicopete y nuca negros. El cuello, negruzco por detrás y canela rojizo en los
costados y por delante. La parte ventral es blanca con los lados del pecho
canela; la dorsal pardo negruzca con reflejos verdosos.
La parte lateral del cuerpo es gris
tendiendo a pardo. Las alas son pardas con blanco en las secundarias y en
algunas primarias. Su cola es de color castaño rojizo; su pico es pardo, largo
y puntiagudo (notable) y las patas, negras.
En reposo sexual la garganta y parte de la cara
son blancas. La corona y el cuello ostentan una tonalidad grisácea.
Los macáes
grandes habitan cursos de agua, lagunas, bañados, esteros y embalses de
gran parte de Sudamérica, exceptuando el extremo norte. Para
nidificar eligen un sitio de aguas calmas y densa vegetación y allí construyen
una plataforma flotante hecha de plantas acuáticas y amarradas a un soporte,
donde ponen de 3 a 4 huevos blancos. A medida que se van incubando se van
manchando de oscuro, porque cada vez que dejan el nido, los padres los cubren
con vegetales que los van tiñendo.
Antes del mes nacen los pichones; a
las pocas horas ya pueden nadar, aunque prefieren viajar sobre el lomo de sus
padres.
Vean en este video cómo estos pequeñines
van sobre sus padres como si estos fueran nidos flotantes y cómo uno de los
pichones, al bajar, nada sin ningún inconveniente, aunque después prefiera ir
apretado en un transporte ya ocupado…
En la imagen que sigue se ve a los
pichones, un poco más crecidos, que siguen constantemente a sus padres. Quieren
comida… pero no la piden, la exigen, ya verán…
Su nombre científico proviene del latín. “Podiceps” procede de la combinación de
las palabras “podicis” que significa
«ano» y “pes” que significa «pie», en
referencia a la posición trasera de sus patas; y “major” significa «mayor», o
sea: es el mayor o más grande de la
familia Podicipedidae. Miren la próxima imagen y observen la posición de sus
patas.
Y, si bien van creciendo y su tamaño equipara
al de sus padres, estos “pequeños” continúan siguiéndolos y exigiendo comida a
los gritos. Cuándo digo
a los gritos es literal, vean esta otra fotografía…
Pero,
como bien dice el tango “el que no llora no mama”, finalmente obtienen su
recompensa… Este pez fue capturado por el adulto y entregado al juvenil.
De todas formas ese bocadito no hará callar esa
bocota, están en pleno desarrollo… necesitan comer…
Se alimentan de peces, crustáceos, anfibios,
arácnidos, insectos acuáticos y larvas; la mayoría de las veces lo hacen
buceando, lo cual realizan con mucha habilidad; o como este de la imagen que
va, desde la superficie, espiando lo que hay debajo del agua…
En esta oportunidad con éxito, logró obtener un
renacuajo bastante grande, es solo un bocadito, ni bien lo trague se sumergirá
en busca de más…
Y aquí, luego de un buceo sacó un dientudito al
que solo se le ve su cola… lo tragó tan rápido que no me dio tiempo a
fotografiarlo… y eso que lo estaba esperando.
Duerme sobre el agua colocando la cabeza sobre
su dorso, en la imagen una pareja y sus tres pichones (ya creciditos) están
tomando una placentera siesta…
Los macáes pueden ser confundidos con patos,
aunque se diferencian claramente por su pico cónico. Si se tiene la
extraordinaria oportunidad de verlos caminar fuera del agua, se notará que lo
hacen erguidos y que sus patas tienen cuatro dedos lobulados, otras notables
diferencias con los patos.
A
medida que crecen van modificando su plumaje, desde ese rayado conspicuo que
vimos en las fotos de arriba cuando recién nacen, hasta el plumaje de adulto,
pasando por una variada gama de plumajes intermedios. En su cabeza se siguen
viendo las rayas hasta que es adulto.
Bueno es hora de desperezarse y salir a buscar
comida nuevamente… vean que posición tan extraña, parece una de esas naves de
ciencia ficción… se ve muy aerodinámico.
Gracias!!!Estupendo blog!
ResponderBorrarMuchas gracias Mariel, cariños
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