A partir de la segunda mañana, antes de que amaneciese, tipo 6, nos despertaban aullidos aterradores (bueno, me despertaban a mí, mi hijo Joa dormía profundamente), sabíamos de quiénes se trataba: eran monos aulladores. Había dos grupos, uno a cada orilla del río, que reclamaban cada cual su territorio.
Así que un día me
levanté, tomé unos mates y fui en busca del grupo que estaba de nuestro lado. Después
de caminar unos 500 metros, atravesar unas plántulas colgantes y meterme en un
matorral lleno de vegetación pinchuda, los vi, era toda una familia, los más
oscuros son machos, las de color pardo amarillento son las nenas.
Los machos son los que
aúllan y lo hacen para marcar territorio; en general durante el amanecer, a veces
también por las tardes. En ocasiones, como pudimos constatar, un macho aúlla en
su territorio y el macho de otro grupo responde también con aullidos,
haciéndole saber que el territorio lindero está ocupado. Mono Aullador (Alouatta caraya):
A mi regreso vi otro carpintero… y seguimos con
los “lifer”, esta vez un Carpintero Negro (Hylatomus
schulzii), tiene cierto parecido al carpintero lomo blanco que había visto
más temprano.
Después de desayunar salimos del parque por un
camino lateral que llevaba a otra entrada desde donde se accedía a la laguna
“Panza de Cabra”, a la derecha el camino flanqueaba el parque y del lado
izquierdo había campos con animales o cultivos donde encontramos varias
sorpresas, como esta escurridiza Monjita gris (Xolmis cinereus), que un segundo después de la foto voló
alejándose…
Al llegar a la entrada lateral del parque vimos
un camino que salía hacia el lado opuesto, fiel a nuestra conducta lo tomamos,
ya habría tiempo de ir a la laguna. Llegamos a una zona prometedora, dejamos el
auto y en la calle nomás vimos un Chinchero Chico (Lepidocolaptes angustirostris) que discutía con otra ave, el
chinchero muy tranquilo siguió su rutina de buscar comida.
Después nos metimos en un campo (por supuesto con permiso, nadie nos respondió… pero pedir, lo pedimos…) siguiendo a unos bracitas de fuego que no se dejaron fotear. Era un monte muy típico, muy verde y de repente, pasando unos árboles, el apocalipsis: algún “genio” había quemado el campo (costumbre bastante habitual en la zona) y del verde no quedaba nada…
Dentro del parque hay
diversos paisajes: montes compuestos por árboles de hasta 15 m de altura,
sabanas, esteros y lagunas. Para ir de una laguna a otra tomamos senderos donde
pudimos ver varias especies, algunas más raras, otras ya conocidas… van algunas
fotos:
Uno de estos senderos, “Sendero El Abuelo”,
tiene un árbol muy particular, un quebracho (Schinopsis balansae) muy añoso, al que llaman “Quebracho abuelo”. A
sus pies hay un cartel que reza:
“Soy el chaqueño más viejo y más fuerte que puedas conocer. Tengo más de 300 años, he nacido antes que tu abuelo, bisabuelo y algunos ancestros más. Estoy en este monte desde antes que Chaco sea provincia y aún antes de la Revolución de Mayo.
He crecido junto a
Qoms, Mocoits y Wichis los primeros habitantes de esta región y grandes
guardianes del monte. Hace más de 60 años me protege el Parque Nacional Chaco y
juntos te invitamos a difundir la importancia de seguir conservando al
quebracho colorado chaqueño”.
El nombre de “Quebracho” deriva del castellano
antiguo, le decían: “quebra hacho” debido a la gran dureza de su madera que
rompía las hachas. Según la RAE deriva de “quebrar y hacha”.
El sol caía, así que nos pusimos a ver cómo
desaparecía en el palmar.
Y llegó la noche… Estaba tan plácido que
seguíamos ahí…
El último día, nos
levantamos, desayunamos, desarmamos el campamento y entonces Joaquín dijo: “¿Y
si damos una última vueltita por los caminos internos?”, dicho y hecho, nos
despedimos de los guardaparques y salimos.
Por último, ya regresando para Capitán Solari,
a un par de Km del parque, vimos este Aguilucho colorado (Buteogallus meridionalis) quizás el mismo que nos había recibido. Ahora vino a despedirnos y parecía decir: “Vuelvan
pronto…”.
Qué terribles las quemas y deforestaciones...
ResponderBorrarSi es terrible. Lamentablemene es una práctica bastante común en esa zona y en otras partes de nuestro país. Saludos
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